El pasado domingo, 19 de noviembre, conmemoramos la Jornada Mundial de los Pobres con un evento vibrante y solidario.
Fue evidente la destacada labor de la Pastoral Social y la Pastoral Provida, así como el despliegue de un esfuerzo extraordinario de muchos servidores parroquiales.
Desde la acogida, el acompañamiento, la presentación de dinámicas, la preparación y servicio de alimentos, cada tarea realizada con amor, no solo nutrió los cuerpos, sino que también alimentó las almas.
Fue un día memorable que nos llena de gratitud hacia aquellos que construyen la unión y difunden esperanza. Agradecemos sinceramente a quienes, con sus acciones, han traído momentos de alegría a aquellos que enfrentan días difíciles.
¡Gracias por ser luz en medio de la adversidad!